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MURMUR

Apuntes raros de primera semana

Estas son algunas cosas que he visto.

Hay tanta agua que el sol se refleja en todos los sitios: las aceras, las vallas, los cristales enmarcados en madera blanca. Sobre todo, se concentra en las copas verdes de los arboles. Hoy, en cambio, se ha puesto a nevar. Casi nunca nieva en Londres: la nieve se arremolina ante los faros de los taxis, y caen gruesos copos en mi abrigo negro. Mis botas apenas tocan el suelo. Soy veloz.

San Patrick's Day el sabado. Salgo de la British Library con la intencion de bajarme en Leicester Square, pero hay tanta gente en los andenes que me da pereza. He conseguido encontrar un sitio, y son solo caras que se apelotonan frente a la segnal del metro. Y se van, y se sustituyen. Lo mejor es que he visto pasar un metro que carga carbon. Asi llego a Hammersmith. Ayer mataron a un chico negro en la calle principal, al lado de la casa de dos millones de pounds de un famoso actor. A mi la ciudad me parece deprimente. Huele a manteca derretida, y todo es cheap. El cine es todavia mas deprimente, y mas aun mi eleccion: Becoming Jane. Pero lo peor sin duda es que consigo no entender nada de la peli.

Hallo la misa catolica. Tampoco entiendo nada al cura. Pero me gusta que se quede estancado y que chirrie antes de arrancar con la homilia.

La British Library es la mejor biblioteca del mundo. Estoy en casa. En medio, hay una columna de cristal enorme en la que reposan miles, cientos de miles, millones de libros. Los ingleses hacen estas cosas con naturalidad. Como el segnor blando y mantequilloso, el colmo de la Englishness, que se sienta  mi lado. Llega deprisa, cuando falta una hora para el cierre. Respira agitado y abre un libro: mujeres coreanas en la posguerra. Y entonces empieza a escribir en coreano.

Quedo con el tio de Majo, un productor argentino, en el cafe del National Film Theater. No encuentro trabajo y termino teniendo una conversacion politica. Llevo un vestido rojo chillon muy adecuado. Y deliciosamente izquierdoso.

En todos los sitios veo a J. Sobre todo, no se por que, cuando paso junto una torre-reloj con la reina Victoria ahuecandose como las gallinas.

3 comentarios

Murmur -

G., querido, en tu pecho cabe un corazon conservador. Sure.

nomeacuerdo -

Si ves a la reina, dile que por su culpa casi me hago monárquico. Y eso está feo, a estas alturas.

j. -

Es que a mí la reina Victoria siempre me ha puesto mucho, ya sabes. Ay.